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La Medicinal Historia del ¡Gin-Tonic!
Adentrarse en el mundo del Gin-Tonic es todo un descubrimiento de sabores, aromas y texturas.
¿Sabía usted que esta fórmula a base de ginebra no solo cura desamores y penas? Para entender el nacimiento de este coctel es necesario hacer un breve repaso por su historia, cuya polémica recae en quién o quienes se llevan el mérito por su autoría. Pero tranquilo, que en este artículo resolveremos ese interrogante.
De la Quinina tenemos que hablar
No podríamos contar la historia del Gin-Tonic, sin antes hablar de su protagonista, la quinina; que es un alcaloide natural con propiedades antipiréticas, antipalúdicas y analgésicas. Esta, fue inicialmente utilizada como un antídoto para la fiebre y la malaria. Interesante ¿no? pero, aunque la quinina era de gran ayuda, su sabor amargo se convirtió en un serio problema, por eso, en 1825, los astutos soldados ingleses radicados en India, decidieron mezclarla con la ginebra, limón y azúcar. Solucionaron el amargo problema y le dieron popularidad a la preparación. Lo que no sabían es que la mezcla estaba a punto de convertirse en uno de los cocteles más populares de la historia.
Pero a ese Gin le faltaba su Tonic.
Para 1837 Johann Jacob Schweppe, un joyero de origen alemán, halló la forma de agregarle burbujas de dióxido de carbono al agua envasada, posteriormente su compañía Schweppes agregó la quinina, revelando al mundo la maravillosa agua tónica. No pasó mucho tiempo para que, en medio de las celebraciones británicas(coloniales), se descubriera el delicioso sabor de la mezcla de la ginebra con el agua tónica, dando vida al Gin&Tonic.
En conclusión, podemos decir que el mérito de este refrescante cóctel se lo debemos a una serie de maravillosas casualidades entre la malaria, la colonización y el descubrimiento de los carbonatados. Ahora que lo sabe, si la vida le da limones es porque quiere que haga un Gin&Tónic.